El presente texto que habla sobre el teatro que se encuentra, se hace y se vive en la esquina del barrio, que se cruza con la comunidad para crear historias, sueños y esperanzas hace parte de la tercera edición de la revista La Esquina ¡Léela completa aquí!
Lo difícil no es hacer teatro en grupo, lo difícil es hacer grupo.
Para muchos y muchas, el encuentro de dos calles, o una calle y una carrera, o de dos callejones, es más que una esquina. Una esquina, es una oportunidad para el encuentro o reencuentro de vecinos y vecinas, un lugar para estar, para crear y para integrarnos por un objetivo común. Precisamente, es en una esquina del Sector Tanques Tres, allá en lo alto, donde muchos creen que es comuna 18 y sin darse cuenta están en la comuna 54, sí, donde en un paso se hace un salto de lo “urbano” a lo “rural”, allá, se encuentra una caseta a medio construir, siempre con materiales listos para ser usados, allá en esa esquina se construye desde el teatro.
La escuela de teatro “Pazajeritos” nace en febrero de 2021 gracias a la iniciativa Escuela Pa´l barrio del Observatorio de Realidades Sociales de la Arquidiócesis de Cali, una apuesta formativa para llegar a diferentes territorios de la ciudad y para la construcción de ciudadanía. En este sentido el Colectivo Pedagógico y Teatral Pazajeros se vincula al proceso desde el teatro, acogiendo niños y niñas entre 3 a 13 años de edad, que cada fin de semana se reúnen para reconocerse y construir en colectivo.
Volvamos a la esquina, es importante resaltar que lideresas como Pilar, empezaron a trabajar con la comunidad para construir un espacio de encuentro desde hace más de 3 años. En las muchas anécdotas que Pilar nos ha contado recordamos que una vez organizaron el Festival del Ladrillo, un bazar comunitario, cuya forma de ingresar era llevando un ladrillo, de esta manera se construyeron algunas paredes de la caseta y se unió a comunidad para avanzar en la construcción de la misma. Esta caseta, está equina, se ha posicionado en Tanques Tres como un espacio seguro y abierto a la comunidad, a tal punto que los niños y niñas que asisten a la escuela no llegan en compañía de un adulto, solo avisan a sus familias. Si bien es una ventaja la confianza que genera aquella esquina, también es un reto, dado que hemos tenido que buscar diversos canales de comunicación para integrar madres, padres y acudientes de los pazajeritos en el proceso. En muchos casos se integran a las actividades que realizamos, incluidas algunas visitas a teatros y presentaciones fuera del sector.
Al proceso de la escuela se han ido sumando de manera constante o intermitente camaradas, colegas, amigos y demás, algunos institucionalizados otros buscando cambiar el mundo antes que el mundo les cambie o institucionalice. En el proceso formativo, cada sesión es acompañada mínimo por dos integrantes del colectivo junto con algunos voluntarios. La propuesta teórica está orientada desde la pedagogía y el teatro popular nutriéndose de los postulados de Paulo Freire, Augusto Boal y Eugenio Barba, quienes enaltecen el teatro como una práctica para la reflexión, el aprendizaje, la interacción humana y la construcción colectiva. De igual manera, abordamos cuentos colombianos y latinoamericanos para el reconocimiento de nuestra cultura.
Unas semanas atrás creíamos que el mayor reto de nuestra escuela, después de arrancar claro, era darle continuidad al proceso, ¡eso! que no fuera un proyecto de seis sesiones, sino un proceso con todas sus implicaciones. Por ello, establecimos un plan de trabajo, unas metas, estrategias para sumar aportes desde nuestras redes y demás. Pero, cada vez que encuentras una posible respuesta, se detonan otras miles. Una de ellas fue ¿cómo hacer sostenible esta apuesta?, fue una pregunta que estaba en el fondo de nuestras mentes, pero en una conversación nos la dispararon a quemarropa, por unos segundos nos quedamos en blanco, elaboramos una escueta respuesta con la que no estábamos aún conformes en ese momento y aún hoy no lo estamos, pero ya tenemos materializada la pregunta y nuestro objetivo es buscar y encontrar múltiples respuestas para continuar con este proceso.
«Tal vez el teatro popular no esté orientado al montaje de una obra tras otra, pero sí a la conciencia de formar lazos de confianza para construir otro mundo desde la imaginación y el compromiso mutuo».
En la esquina se asoman, uno, dos, tres… para ver si ya llegamos, si hay música y si la caseta está abierta. Esa es la señal para avisar a los demás que la clase de teatro está a punto de comenzar. Después de ver la calle vacía, en pocos minutos se llena de niños y niñas. El espacio se llena de vida y se da rienda suelta a la imaginación, lo bello del teatro es que hemos llegado a entender en conjunto que cualquier mundo es posible y solo necesitamos el cuerpo, la voz y la camaradería para hacerlo real. ¿Lo más difícil? Construir un grupo, encontrar nuestro mínimo común para comenzar a andar, desde febrero a junio realizamos actividades para leernos y leer el territorio, reconocernos, en fin, construir grupo. En julio decidimos hacer un plan de trabajo orientado a una muestra de los ejercicios teatrales de la escuela, las actividades empleadas están orientadas a brindar herramientas de reconocimiento, empatía y construcción colectiva para la participación democrática desde la infancia y la construcción de una sociedad más justa y en paz, y en esta construcción vamos montando paso a paso una obra de teatro. Tal vez el teatro popular no esté orientado al montaje de una obra tras otra, pero sí a la conciencia de formar lazos de confianza para construir otro mundo desde la imaginación y el compromiso mutuo.
«El teatro en sus procesos formativos, comunitarios o académicos se convierte en un espacio que permite el encuentro, reflexión y análisis»
Quienes hemos bebido algo del teatro identificamos en este un ambiente fértil para imaginar, crear, soñar, planear y consolidar mundos posibles. El teatro en sus procesos formativos, comunitarios o académicos se convierte en un espacio que permite el encuentro, reflexión y análisis de diferentes actores o ideas, opuestos o convergentes. Uno de los principales elementos de análisis en el teatro es el conflicto, sus detonantes y las redes que se tejen sobre él. Comprender esto desde la imaginación y la puesta en escena alimenta la capacidad cognitiva y emocional para comprender e interactuar con el mundo. En la situación actual de pandemia, pero también de movilización social, decimos, siguiendo a nuestro maestro Julián Correa, el teatro nos salva.
* Fundadores del Colectivo Pedagógico y Teatral PAZAJEROS en Cali en el año 2017, orientado desde un teatro popular con temáticas sociales y humanas contemporáneas como el desarraigo, la vulnerabilidad y la escasez de recursos. El colectivo tiene funciones de investigación social, producción artística, talleres formativos y gestión cultural en instituciones y comunidades.
