Columnista Darío de Jesús Monsalve Mejía
Arzobispo de Cali
Cada 10 de diciembre estamos convocados a reafirmar los derechos humanos como un deber de la entera humanidad.
Sin ellos, la condición y la dignidad humana, la misma dignidad de cada nación y del conjunto humano, están en riesgo de ser sometidas a todo tipo de abusos y de excesos.
Es una lástima que este día universal no sea asumido en pleno y con compromiso social e institucional, máxime en sociedades violatorias, en grados superlativos y oprobiosos, como Colombia.
Como Arquidiócesis de Cali convocamos a la sociedad entera a reconocernos en esta declaración universal y a sabernos y manifestarnos comprometidos con un cambio integral, que haga efectivo el derecho de todos a la vida y el logro del respeto, exigibilidad y verificación de tales derechos.
Acompañaremos la movilización de los pueblos indígenas en Cali, convocados a la Minga de paz ciudadana y de compromiso con la vida, y denunciando la grave crisis de inhumana violencia que afecta a nuestros hermanos ancestrales, especialmente en el departamento del Cauca.