Observatorio de Realidades Sociales Arquicali

La solidaridad como paradigma de la gobernabilidad

Columnista: Hildebrando Vélez Galeano

Ahora que estamos llegando al final de la formulación del Plan de desarrollo de Cali, quisiera uno ver un documento donde las obras, las intervenciones, muchas de ellas sobre el espacio físico y la estructura ecológica, sus metas e indicadores, todo ello, se conjugaran con los conceptos y con las transformaciones culturales y de los valores intangibles que exige el mundo en el que vamos casi a desbocarnos.

«Un gobierno trasciende no solo por las obras sino por las ideas que las gobiernan».

Es decir, sería prudente que hubiese congruencia entre los mundos físico, social-económico, cultural y espiritual, y las maneras como ellos se tejen en ese plan. Un gobierno trasciende no solo por las obras sino por las ideas que las gobiernan. Marguerite Yuorcenar decía que el Emperador Adriano, antes que un imperio pleno de infraestructuras y palacios, desplegó el profundo sentido de gobernar en interacción con sus gentes, en una irrigación de arte y sabiduría; fue ahí donde cobró sentido su imperio. Obras por ahí dispuestas sin alma, no trascienden. Las obras se tejen con paradigmas.

Un gobierno es un dispositivo de solidaridad. En primer lugar, podríamos hablar de una solidaridad política que complementa otras formas de solidaridad, como la social y la económica. Luego seguiría la de paradigmas, la cual sería una solidaridad de causas, tanto en el sentido que la palabra causa adquiere coloquialmente referida a las luchas políticas (que como también solía decir Estanislao, no se deben confundir con las condiciones que las hacen posibles), como, además, en su sentido aristotélico, haciendo referencia a una solidaridad de principios y de fines, y no sólo de medios y de forma.

«Esa solidaridad es demandada también para enfrentar los retos de construir la sociedad sustentable»

Y es que esa solidaridad es necesaria para enfrentar la inicua distribución del capital cultural sobre la que está montada la dominación casi colonial, económica, científica, tecnológica y territorial del hegemón.  Esa solidaridad es demandada también para enfrentar los retos de construir la sociedad sustentable y sustentar la nueva sociedad que construimos -valga el retruécano.

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