Investigación
En Cuaderno Ciudadano Número 2: Potrerogrande, vidas en busca de la reconciliación, el Observatorio de Realidades Sociales de la Arquidiócesis de Cali se adentra en Potrerogrande para analizar y retratar la realidad de nuestros vecinos… En Potrerogrande, como en otro centenar de barrios populares caleños o de las principales y más grandes ciudades, se encuentran las señales de un tránsito histórico hacia un país urbano que no logramos comprender muy bien aún y que guarda desde los entramados locales, en sus historias orales, en sus gestos corporales, las llaves de la paz o de la perpetuación de la guerra y la injusticia social. Nos hemos dicho hablando con estos once hermanos colombianos que las verdaderas llaves de la paz con inclusión social y cultural están por estos vericuetos urbanos, por estas calles con olor a pueblo alborotado…
Lee las primeras páginas de Potrerogrande, vidas en busca de la reconciliación:
Si los autores aceptan publicar estas palabras, lo hacen sabiendo que no son un prólogo. No al menos mío. Porque la justicia de lo que yo pueda decir para explicar la consistencia humana de este libro, cojea ante lo dicho en la carta que desde el Observatorio de Realidades Sociales me enviaron para invitarme a escribir esto que aquí no aparece.
Entonces no es un prólogo. Quizás, apenas, el recordatorio de un encuentro. O de varios encuentros que ahora descubro se reflejan en este texto. Porque cada vez que como fuente busqué a alguno de los investigadores del Observatorio para conversar sobre la violencia que hace cojear tantos pasos en esta ciudad, las charlas terminaron gravitando, casi cada vez, sobre alguna de las historias que aparecen contadas a continuación.
Tal vez no sean los mismos nombres ni las mismas cicatrices, pero sí el mismo miedo, un hambre igual, la casa que no es casa, la cama que no es cama, el río convertido en caño, el caño que sirve de baño, el baño que también es cementerio, las motos tronando, mamá que llora, papá se fue, niños que no son niños, paredes de cartón, el suelo que es agua, hombres buenos, mujeres valientes, políticos ciegos, ciudad invisible, el filo del hambre, promesas, siempre promesas.
Desde el Observatorio y desde hace mucho, han venido trabajando en el lado más lejano de Cali, escuchando y viendo las cosas que casi nadie se ocupa de ver y de oír. De modo que, por ese motivo, en sus explicaciones de la ciudad invisible aparecen historias todas muy distintas, pero a la vez parecidas entre sí, provenientes del origen mismo de donde se supone brotan la mayoría de males que nos rodean. Y al menos a mí, lo que me ha pasado después de escucharlas es que he podido detenerme en un ángulo a observar la realidad de ese lugar donde la justicia ni siquiera alcanzó a nacer coja.
Potrerogrande, Vidas en Busca de la Reconciliación, es justamente eso: una sucesión de encuentros con voces que cuentan historias de dolor, casi siempre bitácoras del engaño, que sirven para empezar a entender varias de las razones por las cuales la vida transcurre de la forma en que transcurre en uno de los barrios más incomprendidos de la ciudad que al oriente se extiende sobre la otra ciudad. Y es raro: aunque la mayoría de los relatos dan cuenta de luchas muy avanzadas con un aliento distinto al que el abandono deja en la voz de los olvidados, cada historia es un hachazo:
“Mi hijo es un sueño roto”, dice Sara Selene Ortiz, 32 años, en la pagina 57. Si alguien quiere entender de dónde tensa una de las líneas que cortan en dos a Cali, deberá acudir a este encuentro y pasar las páginas. Puede que duela. Lo siento, debo ser honesto, esto no es un prólogo. Además, el prólogo ya estaba escrito. Quedó hecho en la carta a través de la cual me invitaron a leer este libro y de la que reproduzco apartes que explican su génesis. Ante esas palabras, nada más justo habría podido escribir. Cualquier idea habría resultado coja. En mi justicia, son estas palabras las que aquí deben aparecer: “Se concibió hacer la investigación a inicios de este año en medio de una crisis grave en Potrero (…); entonces, como una forma de apaciguar los bandos enfrentados, pedimos la presencia del Obispo en el barrio y ese día mientras hacíamos una oración presidida por Monseñor Darío se inició un enfrentamiento entre dos mujeres jóvenes al frente nuestro (…). Una abuela se acercó y me dijo: que pecado esto enfrente de un Obispo, es que en este barrio no está Dios, yo creo que aquí ni el diablo viene, tienen que perdonarnos (…). Nos dolió el sentimiento de la señora y nos comprometimos a iniciar una investigación lenta que escuchara la voz, los testimonios de vida de los pobladores (…). El documento se publica en una serie que denominamos Cuadernos Ciudadanos (…). Es la forma que tenemos de llamar la atención sobre la dimensión de un problema que no se quiere nombrar, que se quiere soslayar; es una forma, nuestra forma, de hacer los llamados éticos y ciudadanos que correspondan”.
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Información del documento:
Cuadernos Ciudadanos es un proyecto editorial en serie compuesto por dos documentos realizados por el Observatorio de Realidades Sociales de la Arquidiócesis con el apoyo de Unicatólica en 2014
