spot_imgspot_img

Iglesia en el Pacífico, Territorios y Movimiento Social de Paz

Investigación

Nos volvimos un país mayoritariamente urbano. El desequilibrio campo-ciudad y la inmensa demanda de espacio, techo, trabajo, servicios, satisfacción de necesidades básicas, derecho a la ciudad, sobrepasan, no pocas veces, la capacidad de respuesta del Estado. Como consecuencia, nuestras ciudades se llenan de “selvas” de informalidad y rebusque, caos de movilización, población de calle y del “descarte”, brecha insalvable entre opulencia y miseria, ilegalidad, delincuencia y criminalidad organizada. La lucha por “darle forma”, civilidad, sentido de responsabilidad y de pertenencia, participación legal en la producción y disfrute del bienestar, a tan ingentes masas sociales, es titánica y requiere del “empoderamiento” puntual, en cada barrio y sector, en cada institución y espacio funcional, de una agenda ciudadana que, juntos, hemos de construir.

No podemos vivir más de los “planes” de gobierno que cada instancia hace, del esperar qué harán con nosotros, de lamentarnos del sistema y de la asfixiante corrupción. Tampoco podemos seguir bajo la ley del más fuerte, sometidos a grupos armados y pandillas que se pelean por el poder y la explotación de cada territorio, que compran y se venden entre sí los barrios y comunas. No podemos quedarnos impotentes ante el envenenamiento con tóxicos y drogas de adolescentes y jóvenes, el desmoronamiento de la institución conyugal y familiar, la degradación y violencia sexual contra la niñez y la mujer. Todos podemos y debemos hacer algo. Necesitamos definir propósitos y unir voluntades. Construir nuestros manuales de convivencia familiar y barrial, ha de ser el fruto de esa unión de voluntades y de sentarnos alrededor de una mesa común. Parroquias, escuelas, empresas, iglesias, podrían alentar y facilitar ese paso a lo comunitario en los territorios urbanos.

Necesitamos “transformarnos” en colectivo, en fuerza de unidad, en poder popular o ciudadanía territorial, para dar inicio a las “transformaciones” que están pendientes y a las alianzas que necesitamos forjar. Territorio, techo, trabajo, tejido social, transformaciones, son las “t” iniciales de los planes de desarrollo, que nacen de la convivencia concertada y pacífica, que es nuestro plan básico de vida, de empoderamiento humano y social. Es el AUTO-GOBIERNO que necesitamos darnos, base del gobierno democrático y participativo que podamos proponer y elegir, del Estado al que podamos exigirle nuestros derechos. Que este cuaderno sobre la paz urbana que necesita Colombia, sea una motivación a iniciar o consolidar ese germen de vida que se llama voluntad, diálogo, concertación, convivencia.

Monseñor Darío de Jesús Monsalve Mejía

Arzobispo de Cali

Descargar

Datos de la publicación:

Monseñor Darío de Jesús Monsalve Mejía – Arzobispo de Cali
Rubén Darío Gómez Posada – Coordinador Observatorio de Realidades Sociales
Equipo de Trabajo: Luis Fernando Henao Vásquez, María del Rosario Arango, Robinson Alexander Portillo Fernández

Observatorio de Realidades Sociales
Santiago de Cali, julio de 2017

Get in Touch

spot_imgspot_img

Related Articles

spot_imgspot_img

Síguenos en nuestras redes

9,534FansMe gusta
3,550SeguidoresSeguir
2,896SeguidoresSeguir

Últimos Artículos