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La voz del hermano Suroccidente

Columnista Rubén Darío Gómez – Observatorio de Realidades Sociales

La Minga social inició en Monterilla siendo indígena,  pasó por Cali recibiendo ritmos del Pacífico, atravesó la línea y ya es multicolor… el país y el mundo la vieron… tan solo tú, presidente, falta que prestes el oído.

El suroccidente está hablando sobre el presente y el futuro del país en materia de paz, vida, democracia y territorio ¿Por qué no escucharlo? Lo ha hecho a través de comunicados públicos que reclaman la atención del Gobierno nacional y la comunidad internacional, también con gestos de esperanza, velatones, peregrinaciones, que claman al cielo y la tierra; con caminatas y marchas que atraviesan el país a pie y en chiva, brindando la oportunidad de conectar a la Colombia profunda con el centro. Inclusive, algunas administraciones locales y regionales de este lado del país vienen revisando la necesidad de declarar una emergencia humanitaria relacionada con la profunda afectación económica y la cada vez más violenta realidad.

Desafortunadamente, aún este hermano hecho minga no encuentra escucha. Su voz expresada en diferentes tonos ha sido tomada como ruido esporádico, aislado y sectorial, maniobrando con distracciones o retóricas o queriendo canalizar la discusión hacía peticiones puntuales sobre el «¿qué y cuánto necesitan?», en una torpeza que en ocasiones parece distraída y, en otras, hecha a propósito. No se sabe hasta dónde llegaremos con todo esto. Algunos niegan que aquí esté pasando algo, otros con resignación dicen que toca esperar el nuevo periodo, como también los hay quienes, con indignación acumulada, piden gritar más fuerte al mundo, buscando auxilio en los internacionales ¿Hasta dónde llegaremos? No sabemos…

«este periodo especial, cada vez más complejo, requiere darle lugar a la voz del suroccidente colombiano»

Lo que sí se sabe, es que la fórmula básica para tramitar los conflictos se hace a través del reconocimiento entre diferentes, del encuentro y del diálogo. De allí que sea necesario decir que este periodo especial, cada vez más complejo, requiere darle lugar a la voz del suroccidente colombiano, pues son los 10 mil ciudadanos, que han viajado a Bogotá en Minga, quienes están interpretando las profundas inconformidades sobre la manera de definir el rumbo del país a partir de un único espectro político ¿Qué se necesita para entender esto?

«que se convoque a un diálogo sincero sobre el futuro de PAZ y VIDA para Colombia»

Lo más prudente es que se convoque a un diálogo sincero sobre el futuro de PAZ y VIDA para Colombia. La infinita creatividad y la disposición de construir a partir de la hermandad nos puede llevar a superar todas las pandemias ¡Abramos pues la puerta y sirvamos la mesa para que este diálogo nos permita pasar de vernos como enemigos a vernos como #HermanosTodos.

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