¿Qué hay de nuevo? Recién los gobiernos están reglamentando las nuevas normalidades en la vida pública, pero, como sabemos que el hambre no da espera, ya hace un mes que los negocios, de los más variados servicios, dejaron la puerta entreabierta para que sus clientes entraran a hurtadillas.
La nueva normalidad ya había sido decretada en la cotidianidad callejera, donde cada quién se cuida a su suerte… Que eso pase no es nada nuevo, como tampoco es nuevo el centralismo que con acento se equivoca por enésima vez: se envolata enviando mercados para luego decir que mejor manda la plata a las regiones; promete «ayudas» que no pasan de ser préstamos, dejándose «ponchar» en el Amazonas y el litoral Pacífico a través de sus funcionarios, que, grabados in flagranti, se burlan de la raíz indígena y negra: lo más preciado.
En últimas, lo nuevo vendrá, de ahora en adelante, solo si aprendemos a caminar juntos en este profundo desafío de sobrevivencia que le llegó en avión a los empobrecidos de América del Sur. Veamos qué se hace…
