Columnista Doly Enríquez Runa Warmy Yanakuna
El 29 de octubre de 2019, la masacraron, en compañía de 4 Guardias Indígenas en Tacueyó- Norte del Cauca.
A sus 12 años de edad se fue como empleada doméstica a Corinto, al año siguiente se fue a Cali y allí, “el patrón” intentó violarla.
Se graduó de bachiller en el Colegio Santa Librada de Cali. Trabajando en un negocio de jugos le fue bien, lo compró y consiguió clientela fija. Un envidioso la amenazó y llamó a la policía, le quitaron el negocio y se llevaron todo lo que ella había logrado con esfuerzo y dedicación.
Con el tiempo se fortaleció en la Universidad, estudió sobre las víctimas del conflicto armado, sobre las violencias contra las mujeres.
Con muchos esfuerzos, se graduó como Trabajadora Social de la Universidad del Valle. Fue becada para formarse en Derechos Humanos en Europa.
Su misión era parir organización desde las mujeres y defender la vida en las comunidades.
Nunca se imaginó casada, con hijos ni encerrada en una casa. Su sueño era viajar.
Su gran preocupación era saber que Toribío ocupaba el segundo lugar del país en violencia contra las mujeres. Por eso insistía en buscar justicia.
Participó en varios espacios desde donde pudo intercambiar con muchas mujeres.
Usó recursos propios para caminar con ellas.
Escuchó a las comunidades y ayudó a revivir el Movimiento de la Mujer Nasa Hilando Pensamiento.
Cristina decía: “He caminado el territorio y hay cosas que no se dicen por miedo a ser señaladas, quiero que las mujeres se organicen, se unan y sean escuchadas, que tengan garantías. Hay mucho dolor”.
“Si nos quedamos callados nos matan. Y si hablamos también. Entonces hablamos”
“La mujer es fundamental y la Cosmovisión lo plantea, solamente falta que se cumpla”
Cristina Bautista Taquinás (12 de noviembre de 1.989 – 29 de octubre de 2019)
